LA LLAMPUGA

28.09.2013 10:45
La llampuga es un pez emblemático en la pesca al curricán, por su belleza, tamaño, agresividad y resistencia una vez clavado, especialmente si se usan materiales ligeros. Si a esto se suma la excelencia de sus carnes, se explica que sea una presa tan codiciada por los pescadores.

Embarcaciones

La captura de grandes ejemplares, que se encuentran lejos de la orilla, precisa de embarcaciones potentes, propias del curricán de altura. Cuando se encuentran cerca de la costa bastan barcas menores y bastantes aficionados pescan desde kayak.




Cañas, carretes y sedales

Las cañas más utilizadas son las típicas del curricán ligero, con una potencia de hasta 15-20 libras. Pero si se quiere tener un contacto más directo con la presa pueden utilizarse cañas de spinning de 5-15 libras. Los carretes, de tambor fijo o giratorio, tendrán una potencia acorde a la de la caña.

La llampuga no es un pez desconfiado pero, dado que pueden picar especies más recelosas, es conveniente utilizar sedales lo más finos posible. Es suficiente una línea madre de 0,4-0,5 milímetros de diámetro. Un terminal de fluorocarbono y 0,35 mm de grosor proporciona suficiente fiabilidad y es poco visible, aconsejable sobre todo pescando en superficie con aguas límpidas.

Señuelos artificiales para la llampuga: pulpitos asesinos y peces artificiales, los mejores

El dorado pica a gran diversidad de cebos artificiales (plumas, pulpitos, peces artificiales), pero los más efectivos son los pulpitos asesinos Yamashita de 12 centímetros, que combinan los colores blanco, rojo y azul, y los peces artificiales tipo minnows, como los pins magnet de Yo-Zuri, de colores plateados, azulados o verdosos y 7-9 centímetros de longitud.

Los pulpitos y plumas trabajan en superficie, mientras que los peces artificiales, como el mencionado pins magnet, se emplean tanto en superficie como en el aparejo de fondo.

Aparejos de superficie y de profundidad

Los aparejos utilizados son los propios del curricán ligero. Los peces artificiales suelen navegar de manera aislada, con distancias de trabajo superiores a 40 metros. Los pulpitos y las plumas pueden montarse en tándem y operan cerca de la embarcación (no más de 30 metros). El terminal tiene una longitud de 2 metros.

En el aparejo de superficie pueden montarse excitadores, tipo avión o pequeños buldós que, al navegar, producen pequeñas estelas y burbujas, que atraen a las llampugas. Se colocan en la línea madre, a una distancia que no interfiera el movimiento del cebo.

El método más sencillo para profundizar el señuelo es colocar un plomo pinza, fácil de poner y quitar, de unos 300 gramos, a 40 metros del cebo. La distancia aproximada entre plomo y embarcación es de 30 metros. También pueden emplearse profundizadores.

Cuándo y dónde pescar llampugas

Para capturar dorados cerca de la costa la mejor época abarca de fines de agosto hasta noviembre, obteniéndose las mayores piezas al final de la estación. Durante este periodo la temperatura del agua, factor determinante junto al alimento de la presencia de llampugas, alcanza su máximo anual.

Aunque pueden pescarse en costas arenosas a escasa profundidad, lo habitual es encontrarlas cerca de cantiles sobre fondos de 25-30 metros, también en las proximidades de barras rocosas y de plataformas flotantes.

No son precisos grandes madrugones para la pesca de la llampuga. El dorado suele picar con el sol ya alto, a media mañana. En cuanto a las condiciones meteorológicas hay que decir que la mayoría de picadas se han producido con buena mar, tanto en días soleados como nubosos.

Acción de pesca

La mecánica de pesca es la propia del curricán. La velocidad de trabajo es mayor para las plumas y pulpitos (unos cuatro nudos), que para los peces artificiales (3-3,5 nudos) y el curricán de fondo (3 nudos aproximadamente). Se tienden al mar varias líneas con señuelos distintos y a diferente profundidad. Cuando se verifique la picada en alguno de ellos, pueden sustituirse los otros por el aparejo en cuestión.

Hay que observar cualquier señal que indique la presencia de llampugas. Los chapoteos que acompañan a sus ataques y, sobre todo, los averíos, muy visibles de lejos, son indicios infalibles de la presencia de depredadores, que bien pueden ser dorados. Localizando estos puestos aumentan las posibilidades de picadas y se acota la zona de búsqueda y, además, se pueden pescar al spinning.

Si no hay actividad aparente, se deberán batir las zonas en las que la sonda marque pescado y aquellas en las que se tenga constancia de picadas anteriores.

Cuando se encuentra el banco hay que rodearlo mediante un amplio círculo. No hay que cometer el error de atravesarlo por el centro, pues ello dispersaría el grupo y las llampugas descenderían a aguas más profundas.

La picada de la llampuga es brutal y, con frecuencia, comporta su enganche automático. La defensa es tenaz, alternándose aceleradas fugas y frecuentes saltos fuera del agua. Es un pez muy hábil para provocar enredos con el motor o para deteriorar el sedal rozándolo con el casco, por lo que es aconsejable evitar que la lucha tenga lugar en las proximidades de la embarcación. Hay que recuperar sedal cuando el pez lo permita y ceder hilo, sin destensar nunca. La embarcación no debe detenerse totalmente. Si es preciso, se recogerán las restantes líneas.

El pez debe llegar exhausto a las cercanías de la embarcación. Para sacarlo fuera del agua basta un buen salabre o un garfio.

La llampuga, una especie muy deportiva

La utilización de materiales ligeros permite disfrutar con la pesca de este y pez y la satisfacción de vencer a un indómito luchador de las aguas marinas. La llampuga enganchada proporciona una vistosa coreografía durante el combate, incrementada por la belleza del pez, el cual adquiere durante la lucha colores más vivos.

Tiene un papel protagonista en el curricán costero de superficie junto a bonitos, anjovas, espetones, serviolas y palometones.

Si a todo lo expuesto se une que es una especie gastronómicamente apreciada, se puede concluir que la llampuga es una especie importante y codiciada de la pesca deportiva.